viernes, 25 de julio de 2008

¿Por qué escribo?

¿Verdad que habéis escuchado hablar bastante de la «Memoria histórica»? Pues eso es lo que me ha hecho decidirme a escribir.

¿De qué memoria histórica hablan? ¿De la memoria de los que entonces eran llamados nacionales? ¿De la memoria de los que eran rojos? Supongo que todos tendrán sus memorias. ¿Para qué remover ahora algo que tanto costó convertir en pasado? De derechas, de izquierdas... Fue una guerra entre hermanos, eso es lo que fue.

La ideología, salvo en el caso de los políticos y los militares, esos grandes defensores del «interés público de sus bolsillos privados», dependió de la suerte o la desgracia de estar en un lugar u otro de España en ese momento. En nuestra familia, una hermana y dos hermanos de mi padre eran rojos porque al estallar la guerra estaban en Barcelona y colaboraron o pelearon en los ejércitos republicanos en el Frente de Teruel. Mis abuelos, mi padre y dos hermanas más eran azules porque estaban en la provincia de Zaragoza, y colaboraron con el bando de los fascistas. ¿Alguien les preguntó a que bando querían pertenecer? No tuvieron elección. Si cuando los movilizaron se hubieran negado a ir al frente de guerra por tener una ideología distinta del bando en el que les había tocado, los habrían matado, tanto los unos como los otros. Y cuando se denunciaba que alguien era de derechas o de izquierdas y estaba en la zona equivocada, sucedía eso. Los fusilaban.

Yo tengo mi propia memoria histórica, una triste memoria que se remonta a unos recuerdos aislados del 1 de abril de 1939, que hasta bastantes años después no supe que significaban y los que poco a poco fui almacenando a lo largo de los años, en los primeros sin lograr entenderlos y conforme fui siendo mayor indagando aquí y allá y escuchando distintas versiones. Lo que sí recuerdo bien es la infancia y la adolescencia que nos legaron.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigue escribiendo mamá. Esa memoria, tu memoria, es el legado más bonito que nos puedes dejar a tus hijos y nietos.